jueves, 8 de noviembre de 2007

Que el cielo se apiade

No más sonrisas, no más lágrimas
No más plegarias, no más temores
No queda nada ¿Por qué seguir?
Cuando tu amante se fue.
¿Acaso los gritos y las campanas
lo traerán de regreso a mis brazos?
¿Debe cada hombre ir a la guerra
para siempre, para siempre
Mientras algunas mujeres solitarias resisten
con el corazon vacio, con las manos vacias?
Cuando el tiempo se desprende
Desde las profundidades de mi corazón
surge un gran grito solitario.
Que el cielo se apiade.
Edith Piaf.

No hay comentarios:

Publicar un comentario